viernes, 8 de agosto de 2008

EL FIN DE LA HISTORIA O EL COMIENZO DE LA HISTORIA POST-MODERNA

EL FIN DE LA HISTORIA O EL COMIENZO DE LA HISTORIA POST-MODERNA
* Alvaro Kröger


--------------------------------------------------------------------------------


Vivimos en un mundo cada vez más seguro y pacífico, así lo constata la organización Human Security Centre, en su informe Human Security Report. Las guerras tanto civiles como entre estados, los genocidios, las violaciones a los DDHH, y otras formas de violencia política han disminuído drásticamente desde la caída del Muro de Berlín. La única excepción es el terrorismo internacional, pero su impacto en forma de personas afectadas es muy bajo.

Cabe aclarar que Human Security Centre no es una organización norteamericana, sino europea.

Otras organizaciones han constatado que tanto la democracia como las condiciones generales de vida de la humanidad han experimentado progresos al menos tan elocuentes como los que se refieren a la seguridad y a la paz. Durante los últimos 25 años los países en desarrollo han visto incrementar su ingreso per cápita duplicarse, a la vez que la pobreza extrema y la desnutrición se han reducido a la mitad. Se trata de cientos de millones de individuos que han dejado la pobreza atrás de sí, de una manera y una rapidez sin paralelos históricos. La democracia ha conocido, en este mismo lapso de tiempo, un progreso inusitado, llegando por primera vez a ser el sistema de gobierno más común en el planeta, cosa que no deja de ser asombrosa si se piensa que no hace mucho tiempo el mundo estaba dominado por regímenes coloniales, imperialistas y totalitarios.

A lo que estamos asistiendo es a un cambio paradigmático en aquello que es normal y aceptable en la vida de los seres humanos. La pobreza y la falta de libertad han sido las causas naturales de la vida del ser humano a través de la historia. La normalidad histórica ha sido nacer y vivir pobres, morir tempranamente, en general en la propia infancia, y no poder elegir a los gobernantes ni ser amparado por un estado de Derecho.

Las clases gobernantes encontraban poco o nada de que indignarse ante ese estado de cosas ya que siempre había sido así y siempre lo sería. La vida era un episodio cruel y triste, y una vida mejor estaba después de la muerte. Hoy, por el contrario, consideramos cualquier cosa que no sea la libertad, la democracia y una existencia bajo condiciones decentes de vida como una anormalidad escandalosa e inaceptable.

Esta profunda revolución de entender la normalidad de la condición humana es más importante para el progreso que cualquier otra causa,, ya que en ella tenemos la garantía de que un día terminaremos erradicando definitivamente de la faz del planeta tanto la pobreza como las dictaduras y las prepotencias.

Este paradigma de la revolución de la normalidad humana se debe a la confluencia de 3 factores.

El primer factor es el capitalismo (mal que les pese a los comunistas), que no es más que la difusión global de unas instituciones de sociedades abiertas, el Estado de derecho, las libertades civiles y la democracia.

La historia nos indica que jamás ha existido una democracia cuyo sistema económico no haya sido el capitalismo, y a su vez éste no es posible si, paralelamente, no existen el Estado de derecho y las libertades civiles. Es por ésto que el nacimiento de las libertades civiles y la idea de la libertad se desarrollaron en las antiguas ciudades-estado helénicas, sociedades por cierto altamente comercializadas.

Al día de hoy, una gran cantidad de países están implantando de forma acelerada y a un ritmo asombrosamente rápido todas aquellas instituciones, y ya les están dando sus frutos (ergo: los países satélites de le ex- Unión Soviética). Lo más curioso de todo es que el continente que fue cuna de todos éstos cambios revolucionarios (Europa) tardó siglos y ríos de sangre desde la irrupción del capitalismo y las libertades civiles básicas hasta la consolidación real y firme de la democracia.

El segundo factor del cambio revolucionario es de órden tecnológico. Es la instantánea difusión de la información a nivel global a través de la informática, por lo que podemos decir, sin temor a equivocarnos que capitalismo y microchips son casi sinónimos.

Y el tercer factor es el más controvertido, admitido por muchos y denostado por otros tantos. Hace 2000 años existió la Pax Romana, todos sabemos que fue ese hecho. Ahora existe la Pax Americana, es decir aquel órden que bajo la abrumadora hegemonía militar y económica de Estados Unidos se impuso en el mundo a raíz del colapso de la Unión Soviética. Este nuevo órden no es perfecto, no es falto de críticas (acertadas o no), pero la disminución enorme constatada por Human Security Report del uso de la violencia política en el mundo no deja lugar a dudas sobre los efectos beneficiosos de la hegemonía americana. Como todo imperio, tiene una "campana de Gauss" política; en este momento USA está en el punto más alto de dicha campana. Este factor es el que para amplísimos sectores de la sociedad es más difícil de aceptar, incluso mucho más que el capitalismo, como parte esencial del progreso a escala mundial.

Las críticas, muchísimas de ellas totalmente justificadas, a la política exterior americana y la aversión a todo lo estadounidense es tan fuerte que muchos dirán que estoy haciendo una apología premeditadamente tendenciosa; pero quien tenga la lucidez mental , la cultura suficiente y la amplitud de miras como para imaginar un mundo sin la hegemonía americana, me dará la razón. Que luego esa hegemonía decaiga, que sea sustituida por otra u otras es otro tema, pero hoy 4 de noviembre de 2005, la situación es ésta.

Estos son los elementos que están construyendo una revolución totalmente diferente a las que conocemos, que estamos posibilitando la percepción de la normalidad de la condición humana. No se trata del final de la historia, como alguien lo calificó, sino el comienzo del fin de la prehistoria humana para pasar a la historia post-moderna.

Todo lo moralmente justo deriva de estas cuatro fuentes: la percepción plena o la deducción inteligente de lo que es cierto; la preservación de una sociedad organizada donde cada hombre reciba lo que merece y todas las obligaciones sean fielmente cumplidas; la grandeza y la fuerza de un espíritu noble e invencible; o el órden y la moderación en todo lo dicho y hecho, es decir,la templanza y el dominio de uno mismo. CICERÓN- De Officiis

Y además agrego una frase del genial Carl Sagan de uno de sus últimos libros escritos (hay uno editado póstumamente): El futuro pertenece a las sociedades que consideran las ideas innovadoras como delicadas, frágiles y preciosas vías hacia el futuro. Carl Sagan- Los dragones del Edén

No hay comentarios: