sábado, 9 de agosto de 2008

El desafío del Día Después

El desafío del Día Después
Recopilado por Alvaro Kröger


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En una semana tenemos las audiencias en La Haya con Argentina por el tema Río Uruguay, que es un eufemismo, ya que el tema real son las plantas de pasta de celulosa, y más concretamente un problema político argentino de lucha por el poder.

Se ha tomado el tema pasteras como tema abanderado para tratar de aglutinar detrás del Presidente argentino a la mezcolanza habitual de votantes que ni los propios argentinos saben muy bien cómo catalogarlos. Ahora tienen un punto focal: NO a las papeleras (como ellos le llaman).

En la Haya indudablemente que el Uruguay tiene muchísimas más posibilidades de salir victorioso, por el simple hecho de tener la razón; y la Argentina de perder por violar un Tratado Internacional.

El gobierno uruguayo tiene miedo, más que al dictámen de La Haya, al día después. ¿Y porqué?

Porque los argentinos recomenzarán los cortes de los puentes, dejarán de dragar el Río Uruguay, que según el Tratado del Río de la Plata lo deben de hacer ellos, y nada más que ellos. El aumento de la tensión regional, y seguramente la inevitable ida nuestra del Mercosur para ser miembros asociados, y sería mejor no ser ni asociados.

El primer miedo uruguayo ya se está materializando: quien tenga el programa Google Earth, puede ver perfectamente que se están construyendo casas en dónde este verano pasado había carpas; esto quiere decir que se preparan para pasar el invierno, lo que a su vez implica que el 10 de junio empiezan los cortes de puentes de nuevo.

La metodología argentina parece clarísima: sé que voy a perder por violar un tratado internacional, así que lo voy a seguir violando. Lo que no calculan más allá de la posible o supuesta reelección de Mr. K, es que si los cortes recomienzan, las represalias y el aislamiento que sufre la Argentina hoy, se va a multiplicar varias veces.

Actúan como si los problemas internos argentinos fuesen tan importantes que el mundo debería detenerse para ver que resuelven; se sienten el ombligo del mundo, y no se dan cuenta que son los tipos más despreciados del planeta.

Cuando uno sale a otros países y le oyen hablar español enseguida preguntan ¿argentinos?, y uno tiene que decir:" no uruguayos y somos los idiotas que hace más de 200 años que los bancamos como vecinos."

El asunto de los cortes de rutas nuevamente presente, ya no se va a circunscribir a un problema limítrofe entre Uruguay y Argentina, ahora se va a transformar en un problema sub-continental, porque los chilenos están muy enojados, los brasileros andan bastante molestos y este año tienen elecciones; los paraguayos están que les vuela la camiseta y los uruguayos estamos unidos y dispuestos a hacer lo que sea para que éstos engreídos bajen el copete.

M. K quiere hacer lo que hizo aquí el Dr. Vázquez, es decir aglutinar tras la Institución Presidencia a todo el Uruguay menos a los 150 imbéciles que manifestaron el otro día cuando se estaba haciendo la Cadena Nacional.

El problema que tienen los argentinos es que eso se puede hacer si el Presidente tiene la razón y el pueblo se siente agraviado.; y los argentinos no reúnen ninguna de las dos condiciones. Mr. K piensa que los argentinos son idiotas y a los argentinos les importa un reverendo pepino el tema de las pasteras más que a un grupito muy bien pago para seguir alimentando la hoguera.

Y con respecto al segundo gran tema, que es el dragado del Río Uruguay, vamos a tener que denunciarlo a La Haya y por segunda vez van a perder, y los obligarán a dragar o les sacarán el monopolio, o sacaremos la producción de las pasteras por tren (que nos vendría especial para remodelar AFE y de paso privatizarla), barcazas de poco calado, en camiones, a pié, en carros.....no importa de alguna forma la sacaremos y no dejaremos que un bizco esquizoide nos imponga algo.

La República es libre y soberana y la responsabilidad de cada uno de nosotros está en defenderla tal cual es. Esta oportunidad que se nos presenta ahora con la instalación de Botnia y Ence es la gran pantalla publicitaria para demostrar al mundo que el Uruguay y los uruguayos somos confiables, serios, cumplidores de su palabra empeñada.

No vamos a recular ahora que tenemos todo para despegarnos de países que les encanta estar en el tercer mundo, porque sus dirigencias políticas de esa forma se enriquecen.

Y como dicen mis amigos del Partido Nacional: "¡¡¡Nos vamos pa'las cuchillas!!!", si los argentinos se hacen los loquitos y si bien somos un pueblo tranquilo, cuidado cuando nos enojamos, podemos ser tipos muy peligrosos......y eso muchos argentinos lo saben.

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