sábado, 9 de agosto de 2008

¿Es un mito o una realidad?

¿Es un mito o una realidad?
¿Es real la “ola” izquierdista en Latinoamérica?
por Alvaro Kröger



En varias investigaciones realizadas por organismos independientes y de diferentes partes del mundo muestran que todos los mandatarios de izquierda recién electos han necesitado "los votos del centro político para salir elegidos, porque no hay suficiente electorado de izquierda para ello"; y constatan que la izquierda "paradójicamente es mucho más débil que la derecha en la región", no habiendo ningún país que llegue a tener más del 34% de la población a la izquierda.

Lo más llamativo de estos estudios es que llegan todos a la misma conclusión: punto más, punto menos en el porcentaje de la izquierda. ¿Qué es lo que nos quiere decir esto?. Por lo pronto que los pueblos latinoamericanos quieren un cambio. Por otro lado los partidos de "izquierda" han sabido capitalizar ese sentimiento, implementando un discurso demagógico, utópico y una vez encaramados en el poder no difieren de los denostados anteriores gobernantes; y es más, por ser nuevecitos en el poder y no saber cómo se hace política se equivocan muchísimo más de lo aceptable. Todas las promesas pre-electorales de todos los candidatos que han llegado al poder no han sido cumplidas; por el contrario se han ido modificando teórica y prácticamente hasta llegar al viejo axioma de "cuanto más ruido se haga menos se concretará".

El dictador de Venezuela , el mono bananero o pan troglodytes, después de las últimas elecciones nacionales, largó campanas al viento de que una "ola" izquierdista estaría barriendo la región. Pero, ¿qué es una "ola" izquierdista?, ¿es un conjunto de tipos que no tienen la menor idea de cómo se debe insertar América Latina en el mundo? o por el contrario ¿es un sentimiento xenófobo? o tal vez son un conjunto de hombres que a lo único que aspiran es a perpetuarse en el poder sin la sana rotación de los partidos políticos. Sin embargo, los resultados de una reciente investigación, realizada en 18 países latinoamericanos, no reflejan el panorama presentado por el dictador Chávez, y muestran una perspectiva mucho más matizada y realista sobre el avance de las izquierdas, tal como se verá a continuación.

La primera constatación que hizo Latinobarómetro es que "la región en su conjunto se encuentra situada en el centro político, con un promedio de 5,4 en una escala de 0 a10, en la cual el 0 representa la extrema izquierda y el 10, la extrema derecha. Este dato no es de menor importancia: toda la parafernalia esquizoide de la extrema izquierda y en especial de los anarquistas demuestra sólo que están viviendo en una utopía (como siempre lo han hecho). Está demostrando este dato de Latinobarómetro que las cosas no son como las pintan los gobiernos sino que son bastante diferentes y que a punta de voluntarismo no se llega a ningún lado, en palabras comunes: "mucho ruido y pocas nueces".

Otro dato, éste de Cadal, dice respecto a un grupo de países que tiene la mitad de los electores situados en la derecha política: Colombia, El Salvador, República Dominicana, Honduras y Nicaragua; y otro grupo de países con la mitad de los electores en el centro político, y con la otra mitad dividida equitativamente entre izquierda y derecha: México, Guatemala, Perú y Ecuador.

Y nosotros añadimos que en todos los países "en los cuales se han identificado presidentes de izquierda", cada uno de los mandatarios necesitó "los votos del centro político para salir elegido, porque no hay suficiente electorado de izquierda para ello"; la izquierda "paradójicamente es mucho más débil que la derecha en la región", y no hay "ningún país que llegue a tener el 34% de la población a la izquierda", excepción hecha de Uruguay. Con respecto a ésta excepción me atrevo a decir que si hubiese elecciones hoy, el actual partido de gobierno perdería. Aquel 50.96% del año 2004 fue circunstancial, no fue por méritos de los candidatos del Frente Amplio, sino por divisiones en los partidos tradicionales y divisiones entre los partidos tradicionales. De cualquier forma, de todo se saca una experiencia: de una vez por todas se ven a los estadistas y a los meros politiqueros y de una vez por todas los uruguayos nos vamos a convencer que NO se puede vivir de demagogia solamente. Es necesaria una gran dosis de pragmaticidad.

Venezuela es considerada por todos los analistas como un caso "especialmente paradójico" porque con un 33% de personas en la derecha y un 40% en el centro, fue electo un presidente nítidamente de izquierda. Nicaragua también llama la atención de los analistas, un país donde el izquierdista Ortega fue elegido presidente, a pesar de que una "mayoría de la población no votó por él" y, dentro de esa mayoría, "la mayor parte no se encuentra en el centro sino en la derecha".

En lo que dice respecto a Brasil, existen datos que los analistas políticos no mencionan, pero que confirman las observaciones sobre la debilidad de la izquierda. Antes de las elecciones nacionales, el presidente y candidato Lula llegó a negar públicamente que fuera "izquierdista"; y en una de sus primeras declaraciones después de haber sido reelecto dijo que él había ido evolucionando hacia el centro, añadiendo que personas con cabellos blancos que continuasen a la izquierda, estarían, según él, "con problemas" de adaptación.

Cepal y los analistas políticos tratan de explicar la "paradoja venezolana", y las demás paradojas latinoamericanas, explicando que la izquierda parece haber encontrado una manera de "conquistar al centro político" y, con ello, habría encontrado una puerta de entrada para llegar al poder por la vía electoral. Esta puerta de entrada, en la mayoría de los casos, es la corrupción lisa y llana; la compra de votos, la compra de voluntades.

No obstante la propia palabra "izquierda" ahora "es ambivalente", porque la izquierda de hoy "no es la misma cosa que era en los años 60, con los contestatarios revolucionarios que querían la dictadura del proletariado". En ese sentido, sobre los resultados electorales recientes "no se puede decir que constituyen un giro a la izquierda sin al mismo tiempo aclarar que esta izquierda es otra izquierda". Esta "izquierda" no es más que un maquillaje, hábilmente colocado, que encubre regímenes cuasi totalitarios, aboliendo todos ellos el Poder Legislativo, para imponer una Asamblea Constituyente que haga una Carta Magna acorde con las ansias de poder irrestricto y a perpetuidad.

Es sintomático y por demás una demostración histórica que el dictador de Cuba, Fidel Castro, representante prototípico de la vieja izquierda, sea el líder menos popular de las Américas.

El amplio estudio anual que fue realizado, si se proyecta estadísticamente, representaría la opinión de 400 millones de personas. Sus constataciones no han sido impugnadas hasta el momento y tienen la virtud de colocar en su debido lugar al mito de la "ola" izquierdista que supuestamente estaría barriendo América Latina, mostrando que la realidad latinoamericana es más matizada, y que si en éste momento están casi todos en la cresta, la realidad los va a revolcar en la orilla.


--------------------------------------------------------------------------------

Fuentes consultadas: Cepal, Latinobarómetro, La Nación, Veneconomía, Cadal, Informes de la Oficina para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado de USA.

No hay comentarios: