sábado, 9 de agosto de 2008

Paradigmas del Mercobluff

Paradigmas del Mercobluff


por Alvaro Kröger Email



Comenzado el año 2007, la coalición entre los grupos corporativistas de interés ambientalistas de la provincia de Entre Ríos y el gobierno argentino incorporan otro elemento más dentro del Mercobluff. Un golpe tal vez pequeño, tal vez no y que puede ser que en meses quede relegado, pero que denota las fuerzas opuestas y difíciles de conjugar de esta parte del mundo.

Uno de los hechos políticos, en el cual el poder legislativo de la provincia de Entre Ríos aprueba alegremente, con el consentimiento del gobierno federal argentino, es una ley que prohíbe la exportación de madera para nuestro país, como forma de presionar para que la empresa finlandesa Botnia se reubique en otro lado del límite uruguayo; hecho totalmente imposible ya que la planta está casi terminada, ya se están haciendo las pruebas de los equipos auxiliares de generación de vapor y los equipos anexos. Aparte de éste hecho, hay un asunto de principios: los argentinos NO tienen que meterse en nuestros asuntos; si la planta contamina, Dinama será quién la clausure y les haga hacer las modificaciones del caso y además es al menos una estupidez, determinar si es contaminante o no si todavía no empezó a funcionar.

Este contexto y la letra muerta del Mercobluff funcionan en consonancia con la esquizofrenia socialista del mono bananero en el sur "progresista" de América Latina.

Oscar Silveira dice que "El Mercosur falla porque los políticos no están a la altura de las circunstancias, unos y otros, sucumbidos por sus pequeños intereses y el peso de una cultura política basada en el resentimiento".

Teniendo como modelo la integración y paradigma europeos, que fue difícil y tardó más de 150 años en materializarse y que está al borde del abismo, reconociendo el problema de integrar intereses muy disímiles y irreversiblemente contradictorios, lo cual requiere de procesos de integración económicos , sociopolíticos y culturales, la traba fundamental que mantiene prisionero al Mercobluff son las decisiones corporativas llevadas a cabo por los deplorables políticos de turno ya que si nos ponemos a analizar seriamente y despojándonos de la subjetividad, la verdad es que el Mercobluff y América Latina toda no tiene ni un sólo político carismático, ni un sólo líder que no sea un verdadero demagogo y así nos va......

El Mercobluff falla porque los políticos no están a la altura de las circunstancias, todos, enfrentados por pequeños y espúreos intereses, una cultura política basada en el rencor, la desconfianza y básicamente la total y absoluta ignorancia de lo que es llevar a un pueblo a avanzar y mejorar.

Como bloque el Mercobluff, se encuentra sexto en el mundo, detuvo su evolución para asegurar intereses internos consolidando el alto arancel externo común. Según el economista Robert Zoellick, “El efecto fue positivo en el primer tiempo, pero negativo cuando se necesita salir al mundo real. Dichos intereses, establecieron el precio que los pequeños países del bloque debieron pagar para mantener o ampliar el acceso a los mercados brasileños y argentinos. Cierto también es que en el proceso las dos economías pequeñas del bloque lograron incluir excepciones para poder prepararse para la apertura comercial que presuponía el acuerdo”

Es cierto que el Mercobluff nace, por el especial papel que juega el gobierno del Uruguay cuando los dos grandes países, Argentina y Brasil, dejan su pequeña "guerra fría" regional y comienzan un proceso de proximidad a fines de la década de los ochenta, luego de haberse agotado los gobiernos militares del período.

Al llegar al gobierno la izquierda uruguaya, explota un conflicto que genera fisuras profundas en las relaciones argentino-uruguayas. El presidente Vázquez, apoya fuertemente a las inversiones extranjeras instaladas frente la provincia de Entre Ríos, cuando comienza una movilización popular ambientalista, que pedía que se cancelaran las construcciones dos plantas celulosas de origen finlandés y español. La española se arrugó frente a las brutales presiones de intereses hispanos en Argentina y la finlandesa Botnia siguió según los contratos firmados con el gobierno nacional.

La historia es popular y a esta altura ya es risible, desencuentros políticos provocados adrede, cortes a los puentes binacionales que perjudican más a Brasil, Argentina y Chile que a nosotros, una especie de partido de fútbol en la Corte Internacional de La Haya, acciones de "Greenpeace" que desapareció luego de entregar una medalla a una firma australiana de pulpa de celulosa hecha según los standars de Botnia, mediación o "facilitación" del Rey de España, que embretaron al pobre Jotacé en un lío de novela, radicalización progresiva de los nacionalismos, etc., etc., etc....

En lo institucional, los gobiernos utilizan los mecanismos legales del Mercobluff pero los pedidos son resueltos a la "manera política", es decir: o nadie les da la menor pelota o se resuelven a la manera brasilera: "tirar la pelota para adelante" y hacerse el desentendido. Mientras los socios anunciaban una nueva etapa de integración política para el Mercobluff, lo degradaban al no poder y tampoco querer generar un ámbito de resolución de controversias legítimo, serio y objetivo.

Parece no tener límite el nivel al que puede llegar la perturbación política en esta parte del mundo, inducida por la ineptitud argentina, el "matrimonio" Gallotero-Mono bananero y éstas cosas tienen de rehén al desarrollo del subcontinente, su apertura al mundo, el mejoramiento del nivel de vida de más de 600 millones de personas. La integración económica basada en el libre comercio, es la verdadera revolución para el continente. En cambio las fuerzas más conservadoras de la izquierda (aunque parezca una contradicción) siguen dominando en todos los espacios políticos, están radicalizados en posturas ideológicas irreconciliables, anteponiendo éstas al bienestar de su gente. El hecho que tanto las izquierdas como las ultra derechas no pueden entender es que las verdaderas revoluciones las hacen los libre pensadores, los tipos que no tienen las anteojeras ideológicas, los tipos que son honestos consigo mismos y pueden sacar ideas de dónde sean sin sentirse auto-traicionados; que pueden estudiar objetivamente las diferentes teorías económicas y sacar lo mejor de cada una; los tipos que tienen la autoridad moral para evaluar el comportamiento de una tendencia política.

Personalmente soy un convencido de que la integración regional es: primero una utopía mayúscula y segundo un error mayor aún. Si a Europa le llevó más de 150 años, una guerra franco-prusiana, dos guerras mundiales y una inyección de dinero descomunal, como lo fue el Plan Marshall, y funciona a medias, ¿porqué debemos pensar que nosotros podemos hacer una integración que funcione?. Debemos sacarnos la idea del Mercobluff con peine fino, y lo que debemos hacer es irnos urgente de este engendro, que más que un bloque de intereses comunes, es una olla de grillos esquizofrénicos.

Referencias: Seprin, La Nación, O.Silveira, R.Seoane, R.Zoellick

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