viernes, 8 de agosto de 2008

Energías Alternativas

Energías Alternativas,
Sustentables y Limpias
por Alvaro Kröger



El tema de los tipos de energías alternativas, sustentables y limpias, es un tema muy nuevo. Estamos acostumbrados a la facilidad del petróleo, la infraestructura mundial está adecuada al consumo del petróleo.

Pero el petróleo es un recurso natural finito y no es limpio; lo que sí es fácil de extraer y refinar, pero cada vez las dificultades de extracción y refinación se están haciendo más complejas. Yacimientos muchísimos más profundos; petróleos cada vez más asfálticos.

Un país como el nuestro que depende el 100% de la importación de petróleo, debe indefectiblemente, hacer lo que se llama una "matriz energética".

La matriz energética es más complicado que tener una refinería vetusta, un feudo intocable, dentro de un país libre y democrático.

La matriz energética implica abrir la cerrada mente de los técnicos a cargo del suministro de energía al país, sacarlos de sus cómodas oficinas y ponerlos a trabajar.


Energía Eólica


Estación de carga de Hidrógeno


Central Nuclear


Paneles Solares



Biodiesel




Afortunadamente nuestro país tiene varias formas de "hacer" energía, siempre y cuando el Estado no se meta con su afán monopolista y deje a los privados hacer su negocio. Por suerte UTE está comprendiendo el tema y va a empezar a comprar energía excedente de plantas que se fabrican su propia energía.

Existe una cierta tendencia en nuestros gobernantes y también en el pueblo de que el Estado debe ser el factotum de todo aquello que se defina como estratégico o que eventualmente pueda hacernos perder nuestra soberanía.

Si de soberanía hablamos, la perdimos cuando los argentinos cortaron los puentes y aquí no hubo nadie que fuese lo suficientemente fuerte como para parar el asunto.

Hay muy pocas cosas dentro de un país que debe manejar el Estado: la seguridad ciudadana, la seguridad de nuestra soberanía y la recaudación de impuestos.

Todo lo demás lo pueden hacer los privados muchísimo mejor que el Estado.

La matriz energética se integra por:

Petróleo: Producto que tiende a desaparecer y que antes, mucho antes, que ocurra debemos tener las energías alternativas a punto. Por el momento tenemos a la Central Batlle, y a la famosa y discutidísima central de respaldo de Punta del Tigre, que funcionará a gas-oil, ya que gas no viene de la Argentina. En varias ciudades grandes del interior de la República tienen generadores a gas-oil para respaldar las horas pico de consumo.

Debemos destacar que el país gasta anualmente entre un mínimo de 900.000 toneladas a un máximo de 1.350.000 de gas-oil.

Energías alternativas,
sustentables y limpias

Centrales hidroeléctricas: Quedan dos puntos en los grandes ríos como para hacer centrales hidroeléctricas, pero existen cientos de lugares que se pueden instalar turbinas del tipo Kaplan, muy baratas , de gran eficiencia y de mínimo mantenimiento. Cualquier particular que quiera tener su propia energía teniendo un embalse o una caída mayor a los 2 metros, ya tiene energía propia y su excedente se lo podría vender a UTE.

Parques eólicos: En una propaganda del gobierno que vimos ayer, se hacía referencia al aprovechamiento de la energía del viento. En Holanda los parques eólicos están en el medio del mar y no molestan a nadie. Aquí se están discutiendo aún dónde se ponen, cómo se ponen, la solución es la holandesa: al mar: allí podrá quejarse la fauna ictícola por el ruido que hacen.

Energía de las mareas: Esta es una nueva técnica que se está desarrollando principalmente en Francia, pero aún no tiene un futuro muy claro.

Energía solar: La energía solar es un tipo de energía, que si bien la instalación de los equipos es un poco cara aún, es la más segura de todas. Amanece todos los días. Las celdas actuales son unas 500 veces más eficientes que las de diez años atrás y se puede acumular energía los días nublados sin problema alguno.

Energía Nuclear: Mala palabra para muchos, excelente palabra para los que sabemos que una central nuclear bien mantenida y con el equipo de operarios debidamente entrenados es la energía más barata. Son construcciones caras y llevan mucho tiempo construirlas, pero se pagan en poquísimos años, y no se depende de la lluvia, ni del viento, ni de nada más que de un equipo de profesionales responsables.

Energía de la biomasa: A raíz de la instalación de las pasteras de celulosa habrá en Uruguay una gran cantidad de biomasa para aprovechar. Se lo puede hacer con pequeños equipos generadores de vapor que accionen turbinas de 3 etapas, y el agua caliente de la descarga de la tercera etapa puede ser vendida a la población. Esta experiencia se está haciendo en estos momentos en una pequeña ciudad italiana en las estribaciones de los Alpes y es autosuficiente con respecto a electricidad, agua caliente para uso humano y para calefacción.

Energía de los biocombustibles: Nuestro país, tiene afortunadamente, un grupo humano que se dedica a la agricultura. Ancap ya lanzó su proyecto sucro-alcoholero, y hay grupos de personas que hacen biodiesel para sus máquinas. Concretamente hay tres de nuestros articulistas que tienen planificada la instalación de una fábrica de biodiesel, esté o no pronta la ley que tiene la Cámara de Diputados (ingresada el 26 de abril del 2006) y que duerme el sueño de los justos. Dicha ley es una reglamentación acorde con el esquema político de la actual administración de una ley del Dr. Batlle del año 2002.

Todo aquel fruto o producto que tenga ácidos grasos es susceptible de transformarse en biodiesel, y aquí hay muchos.

Lo que no hay es voluntad política para hacerlo. El mercado está ávido de este combustible y el gobierno mira para otro lado.

Hidrógeno: El combustible del futuro. Por el momento la tecnología no está lo suficientemente desarrollada como para hacer del Hidrógeno un combustible seguro, pero en los próximos 20 años veremos a los actuales "nafteros", consumiendo hidrógeno.

Híbridos: Es una solución paliativa a los problemas de contaminación. Son vehículos en los cuales un motor convencional de cuatro tiempos carga unas baterías y dicho vehículo es impulsado por energía eléctrica; o en caso de requerir mucha potencia se pone en funcionamiento automáticamente el motor convencional.

Dentro de las cosas que nosotros podemos hacer ya, es la inclusión dentro del mercado automotor e industrial de las alconaftas y el biodiesel. Son productos que están ya muy estudiados y que no se han lanzado aún por problemas políticos más que por problemas técnicos.

Las alconaftas son monopolio de Ancap, pero el biodiesel es un producto que lo haremos los particulares siguiendo un estricto control en base a dos normas: una es la ISO9000:2001, para todos los aspectos de trazabilidad, seguridad en la producción y en la salud del personal, controles químicos de materias primas, productos intermedios y productos terminados, así como también en todo los aspectos administrativos.

Y la otra norma que se usará es la Unit 1100, que es un conjunto de 27 análisis de diferentes parámetros que debe cumplir el biodiesel para poder salir al mercado.

Las experiencias que se han hecho en nuestro país, lamentablemente, no han sido muy felices porque han sido realizadas por gente con muchísimo entusiasmo, pero desconociendo un proceso químico complejo: el biodiesel no es una mezcla de dos o más productos químicos; el biodiesel es el producto de una reacción química no muy complicada pero compleja por la cantidad de factores que hay que tener en cuenta para hacerlo.

En Internet le pueden dar la receta para hacerlo, pero es del tipo de Doña Petrona: "ponga una taza de aceite, un chorrito de esto, una pizquita de aquello, y bátalo hasta que esté pronto". Seguir ésta metodología es el camino seguro al fracaso, y como consecuencia de ello el desprestigio de un nobilísimo producto, que nos puede sacar del estancamiento económico, que puede activar el agro, que puede frenar la migración de los jóvenes hacia la ciudad, y por sobre todas las cosas, que no deberemos depender de los caprichos de alguien para el precio de nuestros productos.

La humanidad hoy está emitiendo 71.600 toneladas diarias de CO2 a la atmósfera. La ONU tiene un programa en el cual paga lo que se denominan "bonos de carbono": estos bonos son papeles negociables que son emitidos y entregados a los responsables de la disminución de las toneladas de CO2 emitidas. Cada bono es de unos U$S 20... haga la cuenta, querido lector.

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