viernes, 8 de agosto de 2008

Los sindicatos

Los sindicatos
por Alvaro Kröger



Los lectores perdonarán mi insistencia sobre éste tema, pero es uno de aquellos que va trabando el progreso que todos deseamos. Es por todos conocido que los sindicatos no cumplen su función específica, sino que cumplen una función política. También es por todos conocido que los sindicatos están en manos de personajes de filiación comunista, lo que quiere decir intransigente. Cuando se fundaron los primeros sindicatos estaban en manos de socialistas, que eran personas con muchísima más cintura política que los comunistas, y ellos sí cumplían su función. Los comunistas son hombres o mujeres que han quedado congelados en el tiempo, no han podido aún admitir, intelectualizar que el centro palpable del comunismo implotó por su propio peso en 1991.

Pero aún mantienen aquellas viejas, rancias y obsoletas reivindicaciones y se atrincheran en la curiosa posición de la guerra fría: "yanquees, go home", cuando la bipolaridad política era un hecho. Hoy ya no existe la bipolaridad, sino la multipolaridad; algunos de los gobiernos de izquierda se han adaptado magníficamente a esta nueva modalidad de intercambio económico y cultural. El mayor y más rápido trasvase de información ha logrado que se llegue a una mala palabra para algunos: "la globalización". Esta globalización está perfectamente ejemplificada en el concepto del "efecto mariposa": el aleteo de una mariposa aquí en Montevideo, en teoría podría causar un tifón en Japón.

Pero vayamos por partes; el término sindicato, viene de la palabra síndico que se compone en griego con la palabra sin, que significa con; y de dike que equivale a proceso. Es decir con proceso; esto es que tiene causas o procesos. El síndico es aquella persona que defiende los intereses de una corporación o unión y el sindicato es la unión de los síndicos.

Esto es lo que define a un sindicato: los intereses mutuos de un gremio o unión de personas.

Pero esto es válido sólo para la defensa de sus intereses, no es válido para intervenir en los intereses de otras personas, gremios o uniones.

Es que vemos que actualmente los sindicatos adquirieron una fuerza, un poder por omisión del Poder, que los hace los jueces de problemas totalmente ajenos a sus intrínsecos intereses.

Es así que vemos protestas callejeras por la defensa de una convicta por asesinato, a manifestaciones por los desaparecidos cuando ya el gobierno le ha dado el suficiente apoyo al asunto, por los granjeros en el Palacio Legislativo por intereses corporativos, a funcionarios de ANCAPA (Administración Nacional de Combustibles, Alcohol, Portland y Azúcar), anunciar medidas por el tratado comercial con USA, con China o con quién sea. ¿Es un sindicalista de ANCAPA un visionario que sabe que es lo que va a pasar?¿o será, más bien que si hay más trabajo habrá más dinero, y si hay más dinero habrá menos descontentos?

Si nos atenemos a la definición de síndico, sindicato y sindicalista, todos los que están en esa posición actualmente le están errando feo a la escupidera:

a) No defienden los intereses de sus representados más que el las situaciones dónde se puede sacar rédito político.
b) Según la auténtica definición de síndico o sindicalista, sólo deben intervenir cuando hay conflictos que afecten a sus representados, y no cuando se "solidarizan" con otro gremio o unión.
c) Presionan al Poder Político mediante la extorsión, no mediante la negociación en los ámbitos adecuados.
d) Las medidas de lucha que se toman son asimétricas con el conflicto planteado, es decir: antes de negociar con las autoridades ya sean privadas o públicas, antes de intentar llegar a un entendimiento dónde ambas partes estén satisfechas, se hace una huelga y ahora ya es huelga con ocupación del lugar de trabajo.
e) Este último hecho va contra todo el Derecho Público y Privado. El lugar de trabajo no es propiedad de los trabajadores, es propiedad en un caso de una Persona Física o Jurídica en otro es propiedad de toda la sociedad, que en general no tiene la menor idea de que se trata el conflicto.
f) Los sindicatos no son organismos votados por el pueblo y ni siquiera son votados por todos sus supuestos representados, sino son elegidos en maratónicas sesiones dónde la votación es cuando quedan los que verdaderamente "cortan el pastel".
g) Según la definición estricta del término sindicalista, éste debería mantenerse al margen de la política, mientras no esté involucrado su gremio o unión.
h) Los verdaderos sindicalistas, aquellos que no existen en nuestro país, son hombres que primero discuten los temas con la Dirección de su lugar de trabajo; luego de negociar, si no se llegase a un acuerdo, se comienzan medidas de lucha de forma progresiva, baja de la productividad, huelgas de muy corta duración, huelgas más largas. Mientras tanto el síndico sigue negociando, nunca se corta el diálogo.
i) Aquí las medidas son draconianas, de forma tal que tengan mucha publicidad, se crea un clima de inquietud, y sus promotores son frecuentemente entrevistados ("tienen mucha cámara").
j) Estas medidas de fuerza asimétricas son en su mayoría no compartidas por los supuestos representados, sino por una muy pequeña parte; y aquí entra la coacción no sólo intelectual sino en general física.
k) El sindicato no es una plataforma para lanzarse a la carrera política, "in sensu estrictu".

Todo lo expresado nos lleva a conclusiones que no son para nada halagüeñas para los sindicalistas, que no son sindicalistas sino simples manipuladores políticos de temas candentes.

No representan a casi nadie, pero tienen un poder fenomenal. No consultan a nadie antes de tomar medidas, sino que las toman por sí y ante sí. Son organizaciones definitivamente no democráticas, por no decir anti-democráticas; son hombres que les interesa más estar entre los legisladores que solucionando los problemas de sus representados; basan todo su accionar con fines políticos-electorales con el dinero y el sufrimiento de los "supuestos" representados.

Están atrasados 50 años en su ideología: en lugar de promover instituciones que capaciten a sus representados para enfrentarse a nuevas tecnologías, lo que hacen es repetir lo que se viene haciendo desde las décadas del '50/'60.

Es lamentable que toda ésta lucha política subterránea cree hechos que son frenos a nuestra integración al mundo moderno. Es lamentable que un sindicalista de ANCAPA, le diga al Presidente de la República lo que debe de hacer. Es lamentable que la clase obrera se deje manipular por esta gente por miedo.

En mi vida profesional he visto a contadísimos hombres que han desafiado al sindicato y han salido ilesos.

Así es que esperemos que los sindicalistas capten el real sentido del término síndico y sindicato y en lugar de fomentar el desorden fomenten la inserción de sus representados en el mundo moderno, aplicando la misma fuerza y el mismo dinero en programas educativos que permitan a la gente poder acceder a puestos laborales mejor remunerados y a través de ellos podamos vender nuestros productos con la mayor cantidad de mano de obra agregada.

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