viernes, 8 de agosto de 2008

Un chivo expiatorio

Un chivo expiatorio
llamado "Botnia"
* Alvaro Kröger



--------------------------------------------------------------------------------

Creo que ha llegado el momento de la verdad; creo que ha llegado el momento en que los uruguayos tomemos las cosas en serio y no sigamos haciéndole el juego a la Argentina.

Si bien fuimos, junto a mi gran amigo Raúl Seoane, los que en contra de todas las opiniones los que insistimos en que debíamos darle espacio político a Kirchner para que maniobrara, ahora el tema se pasó de castaño oscuro.

Fuimos generosos, dimos tiempo, le dejamos espacio a la Argentina, se le pidió a las empresas Ence y Botnia que pararan las plantas y así lo han decretado. Pero los argentinos quieren más tiempo.

Como técnico puedo afirmar que el análisis del supuesto "impacto ambiental acumulativo" es:


a) imposible de hacer hasta que las plantas no estén en régimen de funcionamiento normal, es decir meses después de ponerse en marcha (si no el término "acumulativo" no tiene sentido alguno)

b) el estudio de las instalaciones frente a los planos que ambas empresas están dispuestas a mostrar no lleva más que una tarde, pongámosle un día.

c) la comunidad técnica y científica argentina seria ya ha dicho que las "pasteras" no son contaminantes.

d) este tema no puede estar en manos de cualquier mono con una Kalashnikov cargada y amartillada.

e) el Gobierno uruguayo ha manejado esto de forma errática y poco profesional echándole, ahora, las culpas de todo al gobierno del Dr. Batlle, cuando hasta hace dos semanas se enorgullecían de las inversiones.

f) cuando se gobierna las vacaciones no existen, así que en plana crisis, el Presidente se fue a pescar, el Canciller estuvo de una prolongada gira por Europa; el ministro del Interior desaparecido en acción.....


Lo realmente importante de todo este conflicto, no son en sí las fábricas de pasta de celulosa (fueron el detonante), lo importante es el tipo de política fascista que mantiene el gobierno argentino, entendiendo como tal a la dictadura de un partido político único, la exaltación nacionalista y el corporativismo y por extensión pretende la sustitución de una democracia por una dictadura (según muchos politólogos argentinos se están haciendo las maniobras para que haya Kirchners por muchos años).

Otra de las puntas del iceberg es la pretensión clásica del fascismo de la intromisión en la política de los territorios que quiere tener, para después anexárselos. La historia reciente está plagada de ejemplos: Italia con Etiopía; Alemania con Austria y los Sudetes; la Unión Soviética con los países bálticos.

Me dirán que soy un exagerado, que la Argentina no pretendería nunca algo así y les puedo decir que no sólo la Argentina lo pretende sino que además es un sentimiento popular: los uruguayos somos los "orientales" y no vivimos en la República Oriental del Uruguay sino en la "Banda Oriental".

No quiero ser alarmista ni pretendo incitar a la violencia, solamente digo las cosas lo más objetivamente posible.

Luego de que el Gobierno tuvo al 80% de la población apoyándolo en su política sobre el tratamiento del tema; ahora nos ha decepcionado: el Dr. Gonzalo Fernández ayer hablaba como un argentino, defendiendo la posición argentina. La postura argentina es indefendible, dejémonos de pavadas.

La posición uruguaya es la de mantener su soberanía cueste lo que cueste, su estado de derecho, su LIBERTAD, y como la libertad no es gratis ya estamos pagando por ella.

El Uruguay, independientemente del color de su partido, ha sido tradicionalmente respetuoso de los compromisos y contratos contraídos. No vamos a dejar esta postura centenaria, porque un estado fascista se le ocurra imponérnosla. Lo peor que podemos hacer para nuestra imagen internacional es claudicar ante la prepotencia vecina. Los inversionistas que nuestro país necesita imperiosamente, para alivianar el costo del Estado y mejorar el standard de vida de nuestros compatriotas, no van a aparecer si ven que sus inversiones son objeto del manoseo de los políticos nuestros y vecinos.

Ya metieron las de caminar al impedir la construcción de edificios inteligentes en Zona América, pero por otro lado somos los segundos exportadores de cobre de Latinoamérica detrás de Chile, y que yo sepa en nuestro país no hay minas de cobre......

Ya el gobierno tuvo su período de adaptación, ya sus funcionarios supuestamente están entrenados para sus cargos, así que de aquí para adelante hay que actuar no con sentimentalismos, sino teniendo en cuenta el bienestar del país; y si nos tenemos que ir del Mercosur, mejor, mucho mejor.

Es una falacia decir, como se lo ha dicho desde el gobierno, que ahora Botnia tiene el futuro nacional en sus manos. Si es así es porque el gobierno fue inoperante, inexperto y poco comunicativo. Antes de que comenzaran los cortes de rutas en Argentina, los "ambientalistas" vinieron al Uruguay para entrevistarse con alguien del gobierno para que les informara: nadie lo hizo, nadie dió la cara, nadie supo que hacer.

Botnia dijo que paraba por 10 días, tiempo más que suficiente para que se hagan las investigaciones que se deseen, y quien diga lo contrario está payando.

Si el gobierno argentino quiere 90 días, es para entorpecer el cronograma de trabajo de las empresas. Poca gente sabe el costo que tiene parar una obra o una fábrica y también el costo que tiene ponerla en funcionamiento nuevamente.


Incluso las investigaciones que pretenden los "ambientalistas" se pueden realizar con las obras en marcha; el pedido de que se paren es un hecho político y no técnico; encima de todo no es un "pedido" es una imposición.

Así que mi postura frente a esta "cumbre" frustrada por segunda vez (y lo será por tercera, cuarta, etc., etc.), es muy simple: ignorar a un gobierno fascista, lo que no quiere decir que Argentina sea un país fascista, y seguir para adelante: si tenemos que ir a La Haya, vamos que encima de todo nos van a tener que pagar una montaña de plata por daños y perjuicios.

Dejar que la colonia de pingüinos grite todo lo que quiera, que los brasileros los van a poner en vereda.

Y ante todo seguir el consejo de Cicerón:
Fortis amini es not perturbari in rebus asperi.
Es propio de espíritus fuertes no agitarse en las desventuras.

No hay comentarios: