viernes, 8 de agosto de 2008

La importancia de llamarse Gonzalo

La importancia de llamarse Gonzalo
* Alvaro Kröger



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El Dr. Lacalle durante su gobierno nombró al Dr. Ignacio de Posadas como Ministro de Economía. El Dr. de Posadas tenía y tiene un importante estudio de abogados en sociedad con otros colegas.

Durante su pasaje por el Ministerio de Economía el Dr. de Posadas renunció a sus funciones dentro de su estudio por dos razones, ambas muy importantes: una, la imposibilidad de cumplir cabalmente y a conciencia con ambos trabajos y la otra, ya de carácter moral, evitar las implicaciones que pudiesen existir entre su cargo político y su trabajo profesional.

De todas formas fue muy criticado por algunos sectores del actual oficialismo, desconociendo que el Dr. de Posadas se había desvinculado del su estudio, pero llevaba su nombre.

Como es sabido por todos armar y desarmar sociedades, en este país no es nada fácil, y el Dr. de Posadas, con muy buen criterio solamente se desvinculó de su estudio dejando todo el trabajo a sus socios. El día que ya no fuese más Ministro de Economía, o no tuviese algún otro cargo político, podía volver a su vida profesional, sin tener que desarmar y armar otra vez una sociedad.

La mayoría de los políticos de los Partidos Tradicionales, han hecho esto siempre: desvincularse de sus tareas privadas y abocarse a sus cargos políticos.

La política es un trabajo "full time", mal remunerado (comparado con la actividad privada) e insalubre; sin embargo muchísimos uruguayos hacen política. La mayoría la hace por un sentimiento de deber hacia la patria y son muy pocos los que la hacen por intereses económicos ya que en nuestra pequeña "aldea" TODO termina sabiéndose.

Ha ocurrido lo mismo que hizo el Dr. de Posadas, con el Dr. Abreu, el Dr. Oppertti, el Dr. Atchugarry y lo han hecho de "motu propio" para evitar las suspicacias inevitables entre la población de el uso indebido de un cargo público.

Las tareas de gobierno son agobiantes, implican muchísima responsabilidad, muchas horas de trabajo y tener la mente despejada para poder tomar decisiones correctas en el momento oportuno.

Si hubo un tema en el cual el actual partido de gobierno, cuando era oposición, hizo mucho hincapié, fue justamente este tema, que a la menor sospecha de que un integrante del gobierno, tuviese una tarea que se sumase a la política, primero se armaba un escándalo mediático y luego el asunto solía llegar a una interpelación o un llamado a Sala.

Ocurre ahora que el Dr. Gonzalo Fernández, Secretario de la Presidencia, hombre muy cercano al Dr. Vázquez, que ha intervenido en el conflicto con la República Argentina, defiende a personas que son acusadas por el propio Estado.

Este tipo de actitudes son desconocidas en nuestra política, y más aún a la altura del cargo del Dr. Fernández. Es inevitable que la ciega Justicia se sienta presionada conciente o inconcientemente por la presencia del Dr. Fernández que al fin y al cabo es el jefe de la Fiscalía; y aunque no lo fuese está en una posición de poder que puede inclinar el fiel de la balanza para uno u otro lado.

Y como reza el dicho popular: "Para muestra basta un botón" veamos los casos de los hermanos Rupenian y el caso de los dueños de "La Pasiva". Es de conocimiento público el resultado de uno y otro caso: los hermanos Rupenian evadieron un millón de dólares y la Dirección de Rentas les obliga a pagar 11 millones y una condena de cárcel; en el caso de "La Pasiva", el monto de la evasión fue 5 veces mayor y las multas y recargos en proporción, lo que al final deben de pagar casi 55 millones de dólares, pero los acusados deben hacer tareas comunitarias solamente.

Parece evidente que por el mismo delito, se ha medido la pena con diferentes varas. Este tipo de cosas hace que el pueblo empiece a mirar a la Justicia, la cual los uruguayos estamos muy orgullosos de ella, con otros ojos. Y eso no le hace bien ni a la Justicia, ni a la democracia ni a la libertad.

Si estos mismos casos hubiesen ocurrido bajo el gobierno de un Partido Tradicional, a esta altura de los acontecimientos el actual partido de gobierno hubiese interpelado a medio Gabinete y hubiese comenzado ya a tratar de hacer un Juicio Político al Presidente de la República.

Pero lamentablemente, aquí hasta este momento nadie ha levantado más que una tibia voz, y el Director de Rentas se ha despachado con términos muy insultantes hacia el juez de la causa, con inquisidores términos dignos de las épocas más oscuras de la humanidad, dónde bastaba una delación para que una persona fuese condenada a la hoguera.

El Director de Rentas se equivoca de persona al lanzar sus acusaciones de "república bananera"; ésas acusaciones deberían haber sido hechas al Dr. Gonzalo Fernández y no al juez Eguren.

En mi República existe separación de Poderes y como demócrata, republicano y amante de la libertad, quiero que esa separación de poderes siga existiendo, ya que es la que me garantiza una Justicia ciega e imparcial, una democracia intachable, el respeto a la Constitución de la República y que el ejercicio de la libertad sea el más amplio posible, sólo restringido hasta dónde empieza la libertad del otro.

Así es que si los políticos de los Partidos Tradicionales han respetado esa regla de oro de no mezclar labor política con intereses privados, el actual partido de gobierno tiene la misma o aún mayor responsabilidad en hacer lo mismo, por el simple hecho de haber ganado la elecciones por unas décimas de punto más de la mitad. Es decir ganó en buena ley y por una mayoría muy significativa; por lo que tiene que cuidarse mucho de las cosas que se hacen, cómo se hacen y quienes las hacen.

Y desde este semanario, que no tiene orientación política alguna ni somos lacayos de nadie, exigimos transparencia en la gestión pública, de la misma forma que se la exigimos al Dr. Batlle y se la exigiremos a la próxima administración. No me creo guardián de nada ni de nadie, sólo soy un demócrata republicano que como ciudadano de la República, tengo el derecho de exigir que las cosas sean claras y el deber no sólo ciudadano sino de conciencia de exponer lo que parece que está mal hecho a la consideración de mis conciudadanos.

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