domingo, 8 de julio de 2007

El policía rural y la brigada de infantería

El policía rural y la brigada de infantería

Lo que quiero escribir no es ni para provocar alarma pública ni tampoco para que caiga en saco roto.
Es un hecho que el gobierno no ha sabido manejar correctamente la situación social y tampoco ha sabio, o querido, solucionar los temas internos que los tienen divididos y que provocan una continua obra de arquitectura fina para mantener alianzas, sub-alianzas, acuerdos personales puntuales y demás arreglos políticos, muchos de ellos "non sanctos".

Aunque nuestra lógica nos hubiese indicado de que era posible una paz social profunda con un gobierno de un partido que estuvo 30 años gritando por esa "paz", a principios del 2005, nadie en su sano juicio, pudo haberlo hecho. Los indicadores, las alianzas y los trascendidos indicaban que la fractura del partido de gobierno no se arreglaba llegando al poder; y por si ésto fuese poco, muchos de nosotros pensamos que la fractura iba a ser mucho más profunda. Y así fue, tampoco hay que ser demasiado brillante para llegar a esa conclusión.

A pesar que la Colcha de Retazos está dividida en casi tantas fracciones como integrantes tiene, hay notoriamente dos grandes grupos que están bien definidos:
Por un lado aquellos que comprendieron que la única forma de llegar al poder y tratar de influír en la sociedad era a través del sistema democrático y otro grupo que sostiene la vía armada como instrumento de llegada al poder, la revolución constante, la movilización constante y mantenerse en posición contestataria frente a lo que sea.
Esta gente, individualizada y conducida por Irma Leites ,entre otros detrás de bambalinas, son revoltosos por el simple hecho de serlo, porque es divertido, porque se sienten haciendo historia y fundamentalmente porque tienen unas ansias de poder desmesuradas. El hambre de poder es un hecho tan antiguo como el hombre, pero las diferencias entre ellos es que hay algunos que ese ansia la canalizan democráticamente y otros violentamente.
La situación económica del país, en términos macro, no es mala. Gracias a los altos precios de las materias primas que exportamos, estamos en un momento de casi bonanza. Pilotar un barco con viento de popa es muy fácil, el problema es pilotarlo con viento de frente y al elenco de gobierno no les veo cualidades como para ser buenos timoneles. Y es justamente por ésta razón que no se comprende muy bien el porque de la existencia de ésos grupos ultra-extremistas.
Como todo buen ultra (de lo que sea), pocos hacen mucho ruido, pocos pueden causar enormes perjuicios al país.

El staff de gobierno, que es la cara visible del partido de gobierno, debe hacer "buena letra" y tratar de hacer las cosas lo mejor posible para que el juicio de la historia no sea implacable con ellos y conste que no hablo ni de re-elección y de un nuevo mandato del Frente Amplio porque, mal que les pesa a muchos, ambas cosas serán absolutamente improbables. Y lo afirmo así, categóricamente, por el propio peso de los hechos.
Tenemos más de 20 años de gobierno departamental de Montevideo, en manos de la izquierda y han sido un desastre. No pongo en tela de dudas que tuvieron buenas intensiones, pero sí pongo en tela de dudas su ideoneidades para los cargos. Lo que parece caerse de maduro es que los hombres del Frente no saben gobernar y son lo suficientemente soberbios como para no querer aprender ni de sus propios errores, no digo ya de otros personajes políticos.

Sumemos a esta inutilidad generalizada para la resolución de problemas muy fáciles, la inclusión de grupos violentos que además reivindican la "escencia y santidad" de las ideas "progre", y tenemos una mezcla potencialmente explosiva.
El esquema mental básico para éstos grupos es la filosofía de Hebert Marcuse, quién enseñando cómodamente desde la Universidad de Berckley, California, imprimió un giro anarquista a su izquierdismo. "Rompamos todo para construír nada", era el grito de batalla de aquellos proto-hippies politizados, ahora devenidos en respetables señores de la banca, la industria y el estamento militar o gubernamental americano. Irónico ¿no?. Los giles criollos se quedaron con las ideas del '60, mientras que los otros cambiaban. Y no es de extrañar; esta Sra. Leites, que no se cuece en el primer hervor, recluta su materia prima en jóvenes muy politizados y dispuestos a hacer cualquier cosa, con tal de obtener un reconocimiento de sus superiores, este hecho es tan viejo y conocido que dá hasta vergüenza decirlo. Todo aquel que haya tenido personal bajo su mando lo conoce muy bien y si no es una persona muy equilibrada puede pasar cualquier cosa.

El tema es que han existido actos violentos públicos (en la venida de Bush, p.ej.), y otros no tan públicos: atentados a los viveros de Botnia, bombas de alquitrán, la persecución a los "chivos expiatorios" militares y policiales, asonadas, el incendio de una carga de madera en el puerto, subversión generalizada en el sistema carcelario, inversión de algunos valores sociales, como la enseñanza de historia en Secundaria, que es más que Historia, política sesgada, tergiversada y acomodada para que todo cierre; decaimiento de la confianza pública en el Poder Judicial, caída de la credibilidad del sistema político en general y en particular en el Poder Legislativo y lo peor es MIEDO al Poder Ejecutivo.
El secretismo absurdo que existe alrededor del Dr. Vázquez, no es igualado ni siquiera por los movimientos del General Gregorio Alvarez. Un cuerpo de élite de 90 hombres para su custodia personal, caravana de automóviles que no llevan al Presidente, la instalación de una piscina de agua climatizada en su casa, para no usar otra pública y los servicios de un pedícuro que debe de ir a realizar su trabajo a medianoche son algunas de las cosas que uno se entera, y que, desgraciadamente, dan pie para especular muchísimo.
Es de opereta barata que en un mismo gobierno cohexistan un "Pepe" Mujica, un Nin Novoa o un Vázquez, éstos dos últimos tan dedicados a su imagen personal; parecerían de partidos diferentes.

Cuando el gobierno militar, nos vendieron obeliscos y buzones a patadas; y nosotros los compramos. Entre los objetos comprados inocentemente estaba aquel famoso tema de la destrucción del aparato armado del Partido Comunista. La realidad es que el aparato armado de los comunistas jamás fue tocado: pasó a un estado de hibernación, para despertar en el momento que se considerara oportuno.
En un libro de Alvaro Lesa ("Desaparecidos"), el autor entrevista a Mujica y éste le revela que la diferencia entre el grupo Tupamaro y el aparato del Partido Comunista era la misma que entre un Policía Rural y una Brigada de Infantería bien armada, entrenada, alimentada y con los sistemas logísticos perfectamente aceitados.
Para la información de los lectores, una brigada está formada por entre 4000 y 6000 hombres y dos brigadas forman una División. Así que el poder de fuego del aparato armado del Partido Comunista es en el peor de los casos aquel correspondiente a 4000 hombres bien entrenados, con buen trabajo psicológico , totalmente compenetrados en la misión, alimentados, con cuerpo médico en el campo y con la logística solucionada.

¿Que ocurre si por motivos políticos internos el Partido Comunista se levanta en armas?. El partido de gobierno se ha encargado de desmantelar concienzudamente a las Fuerzas Armadas y les ha estado haciendo contra-cursos de "adoctrinamiento". Con éstas fuerzas no podemos contar más que en el mediano plazo, ¿y en el corto?. La doctrina Weinberg, línea de pensamiento militar acaudillada por aquel Secretario de Defensa americano, dice que la mejor forma de eliminar un conflicto es el uso masivo de la fuerza militar en áreas muy definidas y pequeñas; una vez eliminado el peligro inminente, se abre el abanico de fuerzas mecanizadas y se dedican a controlar los focos de resistencia perimetrales.
Doctrina sencilla, práctica y fácil de usar; y es seguramente(por antecedentes históricos) la doctrina que eventualmente usarán las fuerzas supuestamente insurgentes.

La guerrilla urbana es un fenómeno muy fácil de controlar si no se dan las condiciones del Vietnam del 73/74: con apoyo de la población civil es exitosa, sin él está condenada al fracaso. Es por ésta razón que las fuerzas coordinadas, casi convencionales, con armamento pesado y largas líneas de suministro, prefieren el ataque frontal usando la doctrina Weinberg. Este sería el caso nuestro, y se debe resolver a la brevedad ya que, no sólo Inteligencia Militar tiene los datos, sino que también los tienen los políticos y me atrevo a decir que a muchos de éstos los están extorsionando con ese peligro. Creo que ya sufrimos lo suficiente a mesiánicos salvadores, que por otro lado, nadie llamó.
Así es que si ponemos en tela de juicio la autoridad moral de los militares para conducir un proceso político también debemos poner en tela de juicio la autoridad de éstos "iluminados" para hacer lo mismo; con el agravante de que el sistema a instaurar fue un fracaso durante más de 70 años en la ex-Unión Soviética y lo es en Cuba en casi 50 años de tragarse el sapo de: "esperen un poco más que los resultados tangibles de la Revolución están a la vuelta de la esquina".

La tercera ley de Newton, la del proncipio de acción y reacción, funciona también en los cuerpos sociales, por lo que es previsible esperar que si hay un eventual levantamiento del aparato armado de los grupos más extremistas del partido de gobierno, la sociedad reaccionará en consecuencia y no será como hace 30 o 35 años, dónde hubo una total apatía popular; ésta vez la gente se va a comprometer porque no quiere que le saquen el derecho, duramente conquistado, de elegir su futuro. Los muftíes y ayathollas no pertenecen a nuestra cultura, no hay iluminados que no se equivocan......y, lamentablemente, como el poder corrompe y el poder total corrompe totalmente, estamos comenzando a ver a personajes que por tener un micrófono enfrente dicen cualquier barbaridad, no tomando en cuenta que una declaración hecha equivocadamente y en el lugar equivocado puede traer consecuencias impensadas e impensables.

De lo que sí estoy absolutamente seguro es de que los uruguayos somos demócratas, bastante pacientes, y soportamos más de lo que humanamente se puede hacer, pero no tiren demasiado de la piola, porque ésta tiene la mala costumbre de cortarse por lo más fino.

Alvaro Kröger

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