viernes, 3 de agosto de 2007

Más relista que el rey....

Más relista que el rey....


El viernes 3 de agosto el Canciller de la República hizo una serie de declaraciones que me parecen absolutamente fuera de lugar. El señor Gargano, muy suelo de cuerpo, salió a defender al mono bananero.
No creo que este señor, dueño de Venezuela, deba ser defendido porque se cae en aquello se ser "más realista que el rey".
Haría bien el señor Gargano en callarse, tomar sus petates e irse para su casa; nunca en la historia de la República tuvimos un Canciller más inepto que este señor al cual no pueden hacer renunciar. Esto indica que quién manda en el país no es el presidente, sino es el grupo más radical de la "colcha de retazos".
Tomando éstos hechos como axiomas podemos enunciar que el gobierno es, al menos, poco operante. Si dentro de la coalición de gobierno no se ponen de acuerdo de cuál es el rumbo político, poco podemos esperar de ellos. Hace un par de semanas el contador Astori hizo declaraciones totalmente contarias a las del señor Gargano, entonces ¿a quién le creemos?, ¿cuál es el rumbo que se quiere tomar? , ¿defendemos a Chávez o lo defenestramos?.
Creo que el asunto va más allá de de defender o no al mono bananero; el asunto es más grave: se nota una falta total de coherencia en el gobierno; si el gobierno no es coherente no hay que esperar que los uruguayos seamos coherentes. Nos están dando las pautas: seamos incoherentes.
Pero,.... ¿porqué pasa ésto?. La respuesta es bastante fácil, dentro de la colcha de retazos hay una puja interna por el poder desde el mismo momento en que el Dr. Vázquez fue proclamado Presidente de la República.
El Dr. Vázquez, por más esfuerzos que haga, no puede imponer su punto de vista y es metódicamente atacado por la parte más radical.
Esta parte más radical quiere reformas que el país no puede soportar, ni política ni económicamente. Si se quiere llegar a un socialismo del siglo XXI (como el de Chávez) se van a encontrar con bastante más que la mitad del país en contra. Son doctrinas políticas que "fueron", ya no hay más esperanzas desde que cayó el muro de Berlín, aunque parece que muchos no se han enterado de este evento y siguen pensando que la Unión Soviética es el modelo a seguir (como Chávez lo indicó en un discurso, un mes atrás, en Bielorrusia).

Aquí se están enfrentando dos doctrinas políticas bien diferentes: la encabezada por Astori, de un socialismo liberal moderado y la encarnada por Gargano, un socialismo a ultranza, copia del desastre venezolano. Ambas doctrinas no son reconciliables y sin embargo ambos hombres son ministros de Vázquez. Es en éste punto es que aparece la incoherencia, ¿cómo es posible gobernar un país si no hay detrás un rumbo claro?. Los gobiernos de los partidos tradicionales fueron bien claros; se sabía lo que se podía esperar de un gobierno blanco o de uno colorado. Incluso se sabía lo que se podía esperar de un gobierno militar, pero de éstos muchachos nos sabemos que podemos esperar.
Y gracias a ésta dicotomía existencial, que salen las cosas que salen: una semana estamos de acuerdo con firmar algún tipo de acuerdo comercial con USA o la UE y la semana siguiente estamos en contra de eso. Es decir una semana somos liberales y la siguiente somos proteccionistas. Una semana queremos arreglar el lío con Argentina y la siguiente queremos matarlos. Un día apoyamos a Botnia incondicionalmente y la semana siguiente les decimos que se cuiden porque si no lo hacen el Estado se va a queadr con las instalaciones.
De ésta forma es muy difícil para nosotros, para los extrangeros, para las inversiones y los inversionistas, hacerse una idea clara de adónde vamos,.....bueno, creo que tampoco el gobierno tiene una idea acabada de hacia dónde vamos: un día le hacemos "ojitos" a Chávez y el otro a Bush...........

Es muy cierto lo de "es mejor tener un mal gobierno a no tenerlo". Y sin entrar a debatir si los gobiernos blancos o colorados fueron buenos o malos, sin dudas que tanto el Dr. Lacalle,como el Dr. Batlle o el Dr. Sangunetti, sabían perfectamente a dónde iban; no tenían ministros que torpedearan la acción del Ejecutivo, ni tenían que estar continuamente armando su base; éstos hombres ejecutaban, haciendo honor al cargo para el que fueron elegidos. Este gobierno en lugar de "ejecutar", pelear por sus convicciones, demostrar sus puntos de vista y abrir el juego, prefiere el "consenso", sin saber que si se es Presidente de la República se debe actuar sin consenso, arriesgando todos los días y en cada desición su reputación.
Claro que es más fácil actuar buscando el consenso, así la culpa de los errores es compartida y los aciertos (¿los tiene éste gobierno?) son agua para el molino del Ejecutivo.
Este gobierno debe saber que el cargo de Presidente debe ser uno de los cargos más solitarios que se pueda imaginar: aunque se hagan las cosas bien, siempre habrá alguien que critique.
Así que, resumiendo, si el gobierno no define su posición política nunca va a dejar de tener opositores. Puede elegir en tener opositores leales, como el Parido Nacional o el Colorado, o tener opositores desleales nacidos de sus propias filas, haciendo realidad el dicho de que no hay mejor cuña que la del propio palo.
Si la idea es mantener a la soberanía en tiniebles, adelante.....pero avisen.

Alvaro Kröger

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