miércoles, 8 de agosto de 2007

Hay que prohibir la burqa y el niqab

Hay que prohibir la burqa y el niqab

Poses y vestimentas musulmanas en otro tiempo exóticas se volvieron hoy familiares en Occidente, donde está la fuente de debates políticos y legales hirientes.

El hijab (pañuelo que cubre los cabellos) es popular en Detroit pero ha sido prohibido en las escuelas públicas francesas, desaconsejado por Internacional Footbal Asociation Board y excluido por un tribunal del Estado de Georgia.

El jilbab (una vestimenta que deja aparecer sólo la cara y las manos) primero ha sido autorizado, en un caso defendido por la esposa de Tony Blair y luego prohibido en una escuela inglesa.

El niqab (una vestimenta que cubre todo el cuerpo a excepción de los ojos) se hizo actual después de que Jack Straw, un político británico miembro del Partido laborista y ahora Primer Ministro, escribiera que " era un mal confortable " hablando a mujeres que llevaban este vestido. Mientras que las autoridades electorales canadienses no quieren el niqab en los locales de votación y un juez decidió que invalidaba un carnet de conducir de Florida, es autorizado en los tribunales británicos y una candidata holandesa a un puesto municipal llevaba uno. Un hospital británico hasta inventó el niqab hospitalario.
La burqa (vestimenta que cubre el cuerpo entero) ha sido excluida de la escuela en el Reino unido, es ilegal en las plazas de cinco ciudades belgas y el cuerpo legislativo holandés intentó prohibirlo pura y simplemente. En Italia, la " Carta de los valores de la ciudadanía y de la integración " declara inaceptables las ropas que cubren la cara. Una mujer con burqa ha sido expulsada de una sala de audiencias en los Estados Unidos.

Total que ninguna regla general rige las vestimentas islámicos en Occidente.

Ciertos observadores proponen prohibir los hijabs en las plazas, pero, ¿ sobre cuáles bases legales podemos tomar tal decisión? Según el principio-base, por el cual los musulmanes tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones que otros ciudadanos, pero ningún privilegio ni deber particular, la libertad de expresión de una mujer debe permitirle llevar un hijab.

En cambio, las burqas y los niqabs deberían ser excluidos del espacio público porque constituyen riesgos. Cualquiera puede disimularse bajo estas ropas - hombre o mujer, musulmán o no, buen ciudadano, fugitivo o criminal - y alimentar desde allí no sabemos cual proyecto malévolo.
Algunos ejemplos: una tentativa de fuga espectacular se efectuó a principios de julio, cuando Maulana Mohammad Abdul Aziz Ghazi, 46 años, intentó huir del complejo de la Mezquita Roja de Islamabad, en Paquistán, dónde había participado en una insurrección destinada a derribar el gobierno.Se puso una burqa negra pero por desgracia para él, su talla, su apariencia y su barriga lo hicieron detener por la policía.

Uno de los autores de los atentados con bomba perpetrados en 2005 en Londres, Yassin Omar, 26 años, utilizó una burqa dos veces - una vez para salir de la escena del crimen,y luego, al día siguiente para salir de Londres con destino a Midlands.
Entre los fugitivos que usaron burqa, conocemos a un Somalí sospechoso de homicidio en el Reino Unido, de asesinos palestinos que huyen la justicia israelí, a un miembro de los talibanes que evita las fuerzas de OTAN a Afganistán y el asesino de un islamista sunita en Paquistán.

Las burqas y los niqabs facilitan también los comportamientos criminales no políticos. Así como se podía esperar, los blancos favoritos de tales actos son joyerías (con casos en Canadá, Gran Bretaña y la India) y bancos (Gran Bretaña, Bosnia y dos veces en Filadelfia). De forma extraña, prostitutas de Kenya adoptaron el buibui (que descubre un poco más la cara que el niqab) con el fin de camuflarse mejor en la muchedumbre nocturna y así de escapar de la policía.

La práctica de cubrirse la cara es derivada costumbres tribales que se apoyan en la ley islámica y no de la ley misma. Por ejemplo, ciertas saudíes miembros de tribus de la región de Al-Kharj ponen la burqa en la pubertad y no lo quitan nunca más ni delante de otras mujeres, ni delante de su marido, ni delante de sus niños. En principio, sus parientes descubren sus rasgos sólo al examinar de sus restos mortales.

Investigadores británicas dan una razón médica para de abandonar la burqa y el niqab: las mujeres que lo usan y sus niños en período de amamantamiento poseen muy poca vitamina D (sintetizada al nivel de la piel bajo el efecto de la luz solar) y son seriamente amenazados con sufrir raquitismo.
Nada en el Islam exige transformar a las mujeres en zombies informes y sin cara; el sentido común manda a la modestia misma de expresarse modestamente.HA llegado la hora para excluir del espacio público estas ropas horrorosas y malsanas, generadoras de divisiones sociales, favoreciendo a terroristas y criminales.

Traducción: Nicolai Nicolaievich Romanov

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