viernes, 17 de agosto de 2007

Barbarie del siglo XXI

Barbarie del siglo XXI
El ataque más mortal hasta la fecha en la guerra de Iraq dirigido a civiles indefensos.

Una de las razones de la discusión sobre la excesiva violencia en Irak, es la naturaleza misma de la horrenda violencia a la que puede llegar el ser humano en conflictos étnico-religiosos. Mientras los conflictos queden circunscritos a problemas territoriales, captura de fuentes de materias primas y problemas económicos, los combatientes formales e informales cumplen sus deberes de soldados y nada más. Cuando los problemas a solucionar son de carácter religioso, de diferencias étnicas o políticas dentro de una misma comunidad, aquellos combatientes sobre pasan ampliamente sus deberes de soldados y se abrogan tareas de redentores.
La matanza imperdonable de civiles por parte de insurrectos y de milicias informales es un ejemplo de ello. Las cuatro explosiones simultáneas de camiones-bomba en una comunidad pequeña del noroeste de Iraq el la noche de martes pasado, dirigida sobre todo contra civiles indefensos, es un salvaje recordatorio de lo que sacude.

Los ataques suicidas apuntaron a miembros de una antigua secta religiosa conocida como los Yazidis. Mataron a las mujeres en el mercado; enterraron a niños mientras que se derrumbaron las casas. Por lo menos mataron a 250 personas y quedaron centenares de heridos, según los funcionarios iraquíes, que harían de éste ataque el más mortal de la guerra. El general David H. Petraeus, comandante militar de Usa en Iraq, culpó a las células de al-Qaeda en Iraq por “los ataques horrorosos e indiscriminados.” Otro general de los E.E.U.U. llamó a los ataques “un acto de limpieza étnica, un genocidio.” Los elementos extremistas sunnies han estado apuntando a los Yazidis por lo menos desde hace un año, cuando un vídeo por teléfono celular circuló extensamente en Internet, en éste se pudo ver a una muchacha Yazidi de 17 años empedrada hasta la muerte por haberse enamorado de un hombre sunní.

Las tropas de la coalición están realizando el trabajo de intentar proteger a civiles iraquíes de los fanáticos religiosos ilustrados en los salvajes ataques suicidas del martes. Pero como han manifestado los estrategas, no puede haber victoria militar en Iraq sin un cierto apoyo político, y los ataques del martes contra comunidades desprotegidas lejos de las zonas de combate eran un recordatorio de eso. El al-Maliki culpó los ataques tratan de aumentar las “energías del terrorismo e intentan aprovisionar de combustible la distensión sectaria y dañan la unidad nacional de nuestra gente.” El primer ministro estaba en el medio de reuniones dirigidas a treorganizar el gobierno luego de las renuncias masivas recientes. Los ataques cobardes del martes estimulan a todos los partidos a actuar urgentemente en las negociaciones. Pero la historia reciente ofrece poca base a que la fuerte apuesta de resultado.

Alvaro Kröger

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