martes, 14 de agosto de 2007

El problema del 17% y los peligros de la domesticación.

El problema del 17% y los peligros de la domesticación.


En junio pasado, un grupo compartimentado de científicos publicó un artículo llamado "La naturaleza domesticada" que observó que antes de 1995, “solamente 17% del área de la tierra del mundo había escapado a influencia directa de los seres humanos.” El artículo fue acompañado por un mapa que demostraba que la “huella humana enorme” en la tierra y otro que demuestra un matorral rojo que alinea el enredo de las redes de caminos y carriles que se envían a través del globo. Que la figura de 17 por ciento es ciertamente más pequeña ahora, y que el matorral de las redes del transporte consigue un diario aumento. El artículo toma como hipótesis de trabajo la cuál es obviamente verdad: “Realmente no hay cosa tal como la naturaleza no tocada por la gente.”



He estado pensando de ése 17 por ciento¿ desde que?. ¿Qué significa ir de un mundo humano antiguo en el cual, por ejemplo, solamente 17 por ciento de la naturaleza “habían sido corrompidos” a un mundo en el cual solamente 17 restos de los por ciento inmaculado? También está tentando a preguntar donde están ese 17 por ciento restante y cómo protegerlo.
No puede ser lejano, que, por supuesto, se hace el más duro proteger. Pero el punto, para los autores de este artículo, no es afligirse sobre la pérdida de la rusticidad. Es tomar la domesticación de toda la naturaleza como inevitable, una parte natural de comportamiento humano. Qué encuentro la mayoría de la preocupación aquí es la aparición de un mundo en el cual la “naturaleza” signifique poco más que las consecuencias ramificadas de decisiones humanas.

Ese mundo ha estado emergiendo durante mucho tiempo. Los seres humanos primero se presentaron en un mundo extranjero, extranjero en el sentido que casi no se había tenido ni había sido formado o influenciado para nada por nosotros y se cierra alrededor de nosotros por nosotros. Somos quiénes somos, como especie, en parte debido a la intrinccada situación natural en la cual emergimos. Puede sonar como locura hablar de la sabiduría de la naturaleza. Pero es sabiduría en el sentido que no nos demuestra simplemente a nosotros mismos.

Estoy sobresimplificando, por supuesto. Pero considerar donde ahora estamos. Todo es diferente. Los autores de artículos de ciencia tensionan la importancia de "stewarding" la “naturaleza en la perpetuidad para la gente, en comparación con simplemente intentar proteger la naturaleza contra la gente.” La diferencia entre un bosque manejado, por ejemplo, y el yermo. Pero tienen más fe en la gente que la que tengo yo. Según nuestra capacidad, a la naturaleza del administrador y decidir lo que significa stewarding , se kace parala gente realmente.
¿Es ciertamente posible tomar decisiones más sabias sobre cómo vivir, pero qué pasa si el mundo nuestro hace nuestras opciones adentro dce sus conveniencias, en términos naturales, constantemente más pobres y menos diversos? Cada vez más, nos efrentamos al elegir solamente entre las consecuencias de opciones deplorables que hicimos antes.

Los seres humanos son competentes para hacer muchas cosas. Pero no pienso que seamos competentes para hacer funcionar un ecosistema global. Algo se ha perdido irrecuperable para el momento en que comencemos a creer que podemos manejar la naturaleza para la gente. La esencia de la naturaleza es que no está “para la gente.”
Mi carencia de la fe en seres humanos como encargados globales no es justa una conclusión filosófica. Se basa en la evidencia apesadumbrada. El hecho es que hemos comenzado a hacer funcionar el ecosistema global ya y se está haciendo un trabajo terriblemente malo. Como nunca podremos proporcionar en nuestro medio la regeneración de un mundo que no sea humano más que los 17 por ciento restantes. El autor de este artículo tienen razón pedir que los ecologistas piensen en su negocio principal como es la naturaleza de manejo de los bienes más que protección de ella contra seres humanos.
Cada vez que los ecologistas intervienen, causan problemas porque no saben cuales son los proyectos de los científicos a cargo. Muy bueno sería que los ecologistas se dedicaran a la parte de relevamiento de datos y desvincularan sus convicciones políticas del trabajo.

Alñvaro Kröger

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