domingo, 11 de noviembre de 2007

Terroristas "ad hoq"

Terroristas "ad hoq"














Los atentados fallidos de Londres y Glasgow del pasado mes de junio y el discurso del nuevo primer ministro inglés Brown han contribuido a replantear un dilema. ¿Se trata de Al Qaeda, como afirmaba el primer ministro británico, o de aficionados con ganas de llamar la atención, como sugieren algunos expertos, los cuales opinan que la amenaza de Al Qaeda es sistemáticamente sobrevalorada por las administraciones inglesa y americana? ¿ Qué es en realidad Al Qaeda?.






Al Qaeda ha sido en su primera y mítica generación –cuyas actividades culminaron con los atentados del 11-S– una formación terrorista clásica, una especie de ejército disciplinado y bien preparado (en Afganistán) donde los jefes decidían cuáles atentados cometer, elegían a los ejecutores y planificaban el "modus operandi". El 11-S ha sido simultáneamente el triunfo y el principio del fin de la primera generación de Al Qaeda, porque la reacción americana ha obligado a la cúpula a refugiarse en una remota clandestinidad y a limitar las comunicaciones, y los campos de entrenamiento terrorista afganos han sido clausurados y sistemáticamente destruídos.

Se pasó así a la segunda generación, que tuvo su mayor éxito con los atentados de Madrid el 11-M. Ello, siempre y cuando tales atentados guarden relación directa con la organización de Bin Laden y no se trate, en cambio, de una conspiración urdida por las cloacas del Estado con o sin la ayuda de Al Qaeda y/o de ETA,hecho muydifícil de digerir. Por otra parte, cabe señalar que Al Qaeda ha reivindicado los atentados del 11-M y, por tanto, los investigadores deberían tenerlo en cuenta a la hora de profundizar en lo ocurrido realmente si no quieren caer en el sectarismo que achacan a los musulmanes y desconocer cómo realmente funciona el terrorismo islámico.

De la segunda a la tercera generación

Manteniendo la necesidad de seguir investigando el 11-M como la misma sentencia del 31 de octubre último da a entender, ya que (entre otras cosas) “se desconocen los autores intelectuales de la masacre”, podemos afirmar que con la segunda generación se pasó del modelo tipo ejército al modelo tipo guerrilla, de la organización vertical y jerárquica a una especie de caos organizado. La cúpula de Al Qaeda transmitía consignas e instrucciones de forma directa –a través de agentes y emisarios que se habían formado en su abrumadora mayoría en Afganistán– a células independientes, que una vez formadas estaban capacitadas para actuar en cualquier momento, algunas veces coordinando los atentados con los jefes de la organización de Bin Laden (como ocurrió tal vez en Madrid), y otras veces decidiéndolos autónomamente.

También este último modelo ha entrado en crisis por los avances del contraterrorismo. Al margen de lo que se diga o piense de Bush y Blair, han conseguido victorias decisivas en la guerra contra el terrorismo de Al Qaeda, aunque todavía la guerra no haya finalizado. Pero centenares de agentes han sido detenidos, y la cúpula está volcada principalmente en esconderse en alguna remota área entre Pakistán y Afganistán, en lugar de estar preparando atentados o directamente en el frente de lucha. La dirigencia de la segunda generación surgida en Irak se ha demostrado muy poco fiable y muy rebelde, a tal punto que con toda probabilidad Ali al Zarqawi ha sido abatido por los americanos gracias a informaciones recibidas por los mismos jefes de Al Qaeda.

Pero ha nacido el tercer modelo, dnde la organización se ha reducido a ´la mínima expresión, y todo el esfuerzo va dirigido a transmitir propaganda e instrucciones a través de publicaciones clandestinas, cintas de vídeo e Internet. La cúpula ya no sabe quién exactamente recibe estas instrucciones: son mensajes en botella lanzados al mar del ciberespacio que pueden ser recogidos por cualquiera. Quien recibe el mensaje decidirá autónomamente cuándo y cómo actuar. Se trata, ciertamente, de un terrorismo autogestionado, chapucero , que falla en los atentados y que los presenta como amateurs del terrorismo. Pero la imprevisibilidad convierte a la tercera generación de nóveles terroristas en extremadamente peligrosos, porque si es posible identificar a los agentes de una organización, es casi imposible hacerlo con los aspirantes a suicidas de pacotilla.

Por otra parte, las tres generaciones de Al Qaeda actúan juntas. La cúpula tiene todavía hombres que sueñan con un gran atentado de primera generación. Hay todavía células de la segunda generación. Pero los atentados de Londres y Glasgow demuestran que la que actualmente preocupa es la tercera generación.

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