sábado, 11 de agosto de 2007

Reconfiguración mundial

Reconfiguración mundial

La ruputa del viejo equilibrio de poderes casi centenario nos lleva a un período histórico de muy alta inestabilidad y que por cierto también lleva a muchos a añorar la Guerra Fría. Esta fue una etapa histórica de conflictos controlados que terminó abruptamente el 11 de setiembre del 2001 con el ataque suicida al centro del poder mundial, demostrando así que los conflictos aparecen en cualquier lado y dónde menos se los espera.
La globalización de la economía no presupone la globalización cultural ni el fin del estado conflictivo entre las civilizaciones de Occidente y las emergentes de Oriente. Por el contrario, al terminar una era bi-polar nació una era multipolar y multi-civilizada.
Desde la perspectiva occidental, el mundo se ve distorsionado; en general pensamos y actuamos como si la civilización nuestra fuese la única, lo que no nos permite comprender algunas cosas y peor aún, nos induce a tomarlas de forma equivocada. Muy lejos de creer que la globalización es un fenómeno de homogeneidad cultural y civilizatoria, comparto la idea de Huntington que el mundo posterior a la Guerra Fría está formado por cinco o seis civilizaciones diferentes y aceptando éso podremos ver las cosas algo mejor.

El poder de Occidente es enorme y seguirá siéndolo durante muchos años más. Al implotar la Unión Soviética desapareción el único rival de cierto peso. En éste momento es USA, Japón y el sudeste asiático junto a la UE los que toman las más importantes decisiones económicas. El poder de Occidente (USA y UE) va más allá, son las naciones que poseen, integran y dirigen el sistema financiero mundial controlando las divisas fuertes y los mercados de capital. USA, la UE y el Japón son los principales mercados del mundo y proporcionan la mayoría de los bienes y servicios. Occidente cuenta, además, con la investigación más avanzada del mundo, el dominio de las comunicaciones, el acceso al espacio y la educación técnica de punta o high tec. Si a ésto le sumamos el liderazgo cultural y moral sobre la mayoría de las sociedades, el poderío militar que las transforma en las únicas capaces de intervenir en cualquier parte del globo en cualquier momento, se debe admitir que la "muerte de Occidente" es una utopía de ciertos personajes variopintos que pululan por nuestros lares.No obstante es diferente hablar de la "muerte de Occidente" y el resurgimiento de otras civilizaciones. Cierto es que el mundo occidental muestra ciertos rasgos de agotamiento, luego del colapso de la URSS, pero no da señales de muerte prematura. Sin embargo, las naciones occidentales deben de preocuparse de sucesos que ocurren en casa como el auge de las drogas, la productividad y ética laborales, la disgragación social, sus sistemas de protección social y económica , que son seriamente amenazados por la competencia feroz.

Pero el punto interesante es que los equilibrios de poder están cambiando, y la herencia de la implisión de la URRS, es que el poder no se concentra en una sóla mano, sino está en varias, al contario de lo que pronosticaban los marxistas. Si hay un retroceso de Occidente será zigzagueante, con momentos de duras bajas y otros de alzas, en algunos sectores antes que en otros. Desde el punto de vista territorial y demográfico ya hay un retroceso notorio, no así en el plano científico y tecnológico en dónde hay una clara supremacía. En el plano económico el poder está más repartido al entrar la China, la India y los tigres asiáticos, como super potencias emergentes. Desde el punto de vista social y cultural, las otras civilizaciones han avanzado más que Occidente al iniciarse desde un punto mucho más bajo, pero quedando todavía muy alejadas. Desde el punto de vista religioso es dónde reside la mayor fuerza para las civilizaciones emergentes, pero así como es un factor acelerante es también un factor de estancamiento social al imbuír a sus acólitos una forma fundamentalista de relacionarse con Occidente.
La globalización no ha formado una única civilización, sino que se parece más al esquema de Huntington en su famoso libro, cuando afirmó que habría un choque de civilizaciones y éste sería básicamente entre el Occidente cristiano y el Oriente musulmán.

La modernidad que se plantea ahora tiene un término que sirve para explicar todo y es la globalización. Esta es un hecho, una complejísima realidad y la magia del término no puede, obviamente y sólo ella, explicarlo todo al barrer. Es una simplificación muy tentadora, pero que lleva a errores monumentales. Hay dos clases bien definidas de usuarios de éste término: aquellos que explican todo usándolo y los otros que lo demonizan. Por supuesto que los extremos están equivocados; ni se explica todo gracias a la globalización ni tampoco ella es una herramienta de los demonios. Lo que hay que pregunatrse es la influencia que tiene es hecho que está a la vista sobre nuestras vidas y la vida nacional.
Tratando de clarificar el concepto se puede ver que para algunos es el paraíso capitalista soñado por los lobbies de poder económico mundiales y para otros es la dilución de barreras y fronteras entre las culturas populares y éste hecho llevaría al fin de la Historia. También vemos a quienes piensan que la globalización el horror más grande pensado por la humanidad y por el contario vemos a otros que ven el fin del trabajo y de los estados-nación. Tadavía no es posible decir quién tiene la razón, pero de una cosa hay que estar seguro y es que la globalización es la transformación más formidable que ha tenido la humanidad desde que se inventó la agricultura o se dieron las bases para la Revolución Industrial y que sin dudas marcará a la civilización en todo el siglo XXI.
Cómo las implicancias todavía no se manifiestan sólo podemos especular. ¿Será lo predicho por Marx cuando hablaba del enorme potencial revolucionario del capital? ¿o será el "engedro del sistema" para mantener el poder del capital sobre el trabajo?. No lo sabemos aún, pero lo que sí sabemos es que la influencia de la globalización en las dimensiones cultural, económica y social es el resultado de la expansión tecnológica de la última década del siglo XX y ha tenido, como influencia primaria, la democratización de la cultura. Es muy posible que se pueda explicar y entender el hecho asumiendo que es un proceso mundial, universal, en el cual se pone fin a los espacios cerrados, dónde las fronteras, las mentes y las culturas se abren frente a fenómenos que afectan a todos los humanos gracias al vertiginoso desarrollo tecnológico y al no menos vertiginoso desarrollo de las telecomunicaciones, dónde el espacio-tiempo pierde sentido, es decir que, por ejemplo, se puede hablar, mandar información, etc., a una señora que vive en la isla de Cebú y que está viviendo ya el día de mañana. Parece imposible pero es cierto.
Es posible también que nos cerremos a la banda en el aspecto económico, pensando que la globalización sólo es sólo un hecho económico. Y no lo es, ése aspecto es sólo el más visible, pero no el único. No hay duda alguna que un aspecto básico de la globalización es el flujo libre de capitales por todo el mundo para los cuales no existen más fronteras, ni leyes y decretos que los controlen, capitales sin origen, de tránsito fugaz por países y regiones, dónde no se distinguen el lugar de inversión, el lugar de producción, el lugar de las declaraciones fiscales y el lugar de residencia, dónde se puede actuar más allá de los sitemas políticos con total seguridad. Los dueños del capital podrán invertir dónde los costos de producción sean más bajos, podrán hacer las declaraciones fiscales dónde los impuestos sean menores, podrán depositar las ganancias dónde le paguen mejores tasas de interés o exista el secreto bancario y podrán vivir dónde más les guste.
Pero la globalización va más allá del tema puramente económico ya que ningún grupo social podrá vivir de espaldas al mundo, porque las diferencias políticas, sociales, culturales y económicas se van mezclando y dándo un nuevo matiz a lo antiguo. Los estado- nación van perdiendo su control sobre las sociedades ,haciéndolas más democráticas, más cultas, más informadas lo que quiere decir más libres.

Alvaro Kröger

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